miércoles, 11 de mayo de 2011


Supongo que como ha cambiado el tiempo, los dos hemos acabado cambiando algo con él. Y puede que ahora no debería escribirte esto. O quizás sí. Pero algo que de verdad he aprendido en este tiempo es que no tengo que encerrar mis dudas. Porque dudo incluso de lo que puede pasar en los próximos 5 minutos. Así que me lanzo, a la piscina, con casco o sin el, sin saber si voy a acabar en un mar o en un charco. Y por eso voy a decirte que te echo de menos. Y que yo tampoco tengo las cosas tan claras. Mira, no sé con exactitud cómo podía ser nuestra vida juntos. Y por eso mismo dime: ¿No te pica la curiosidad de saberlo?

Es hora de volver a casa. Es hora de volver a empezar, lentamente, sin dar demasiadas sacudidas al motor. Sin darle demasiadas vueltas. Con una única pregunta: ¿Volveré a estar alguna vez allí arriba, en ese lugar tan difícil de alcanzar? Allí donde todo resulta más hermoso.
Desgraciadamente, en ese mismo instante ya sabes la respuesta.



A pesar de lo dura que sea la existencia y a pesar de todos mis pesares, ha habido momentos en mi vida en los que me he sentido realmente afortunada.
Normalmente, esos momentos no suelen durar mucho, vienen y se van como la brisa del océano. Pero hay veces que se quedan impresos en la mente para SIEMPRE.

He perdonado errores casi imperdonables, he intentado sustituir personas insustituibles y olvidar otras inolvidables. He hecho cosas por impulso. Me he decepcionado con personas que nunca me había pensado decepcionar, pero también he decepcionado a otras. He dado abrazos para proteger a alguien del mundo. Me he reído cuando no podía, he hecho amigos eternos, he amado y he sido amada, pero también
He sido rechazada, he sido amada y no he amado. He gritado y saltado de felicidad, he vivido de amor y he hecho juras eternas, me he caído muchas veces. He llorado escuchando alguna canción, y viendo fotos, he llamado a alguien solo para escuchar su voz...
Me he enamorado de alguna sonrisa. He pensado que me iba a morir de tanto echar de menos y no le hecho, he tenido miedo a perder a alguien que creía conocer, lo he perdido y no me importa.
Pero he vivido, y todavía vivo y seguiré viviendo.